Dr. Juan Benedito: “La Sentencia SIMAP consiguió que se aplicara al personal sanitario la normativa europea que impedía trabajar más de 48 horas semanales”

El doctor Juan Benedito nació el 4 de julio de 1949 en Valencia. Su padre fue médico general en el barrio de El Cabanyal, y el doctor Benedito desde pequeño le acompañaba en las visitas a domicilio. La ayuda que su progenitor ofrecía a los demás, la relación médico-paciente fue su inspiración para dedicarse a la Medicina. Estudió Medicina en la Universitat de València, en la Promoción 1966-1972. Ferviente defensor de la anamnesis y la exploración física del paciente, ocupó toda su carrera como médico adjunto en el Hospital La Fe de Valencia. “Los médicos tenemos los conocimientos técnicos para ayudar a los enfermos”, asegura.

-¿Qué cualidades cree que debe tener un buen médico?

-Tiene que ser una persona que sepa que, con sus conocimientos técnicos, ayudará a resolver los problemas de sus conciudadanos. Una persona que ha de vivir de su sueldo, como todos, pero que no es médico para ganar dinero.

-¿Por qué eligió la especialidad de Neurología?

-Desde siempre me interesó el sistema nervioso. Acabé la carrera en julio de 1972, y estuve un pequeño periodo de tiempo en Atención Primaria hasta que pude entrar de MIR. Hice la residencia en La Fe, pasando por Pediatría, Maternidad, Rehabilitación y Medicina, y dentro de ello lo que más me gustó la Neurología. Al acabar la especialidad, en julio de 1977, ya me quedé en La Fe, donde ha trabajado exclusivamente hasta la fecha de mi jubilación en julio de 2014.

-¿Cómo fue trabajar en esa especialidad cuando empezó a ejercer?

-Fundamentalmente, en mi época nos encargábamos de los ictus, trombosis cerebrales y hemorragias cerebrales. Al haber una expectativa de vida más corta, la gente fallecía de ictus, y había menos gente que pudiera llegar a las enfermedades degenerativas, como ocurre ahora. No es lo mismo si la expectativa de vida es de 65 años, que si es de 85. Ahora, con los avances de la Medicina, se cuidan los factores de riesgo, y se producen más enfermedades degenerativas como los deterioros mentales, o el Parkinson.

-La Medicina y la Neurología han avanzado muchísimo durante estas décadas.

-Evidentemente la Medicina ha evolucionado muchísimo. En el ’77 las exploraciones complementarias eran escasas, y no como cuando me jubilé, que ya teníamos la resonancia magnética, la tomografía, la ecografía… Multitud de pruebas que te permiten identificar la patología, y no como en el ’77, donde la tenías que deducir del interrogatorio al enfermo y la exploración física. Actualmente esto sigue siendo imprescindible, pero cuando deduces el supuesto diagnóstico, lo confirmas con las exploraciones complementarias. La anamnesis no se puede suprimir.

-Usted fundó el Sindicato Médico de la Administración Pública en agosto de 1991. ¿Por qué dio este paso?

-Decidí fundar el SIMAP porque veía que los médicos estaban muy mal tratados por la administración. En el sentido de que, por ejemplo, no había límite de horario, porque las horas de guardia no computaban como horas de trabajo. Además, las compañeras médicas, durante su embarazo, continuaban haciendo 24h seguidas de trabajo. Al ver esas dos situaciones, me planteé que esto se tenía que solucionar. Los juzgados de Valencia me derivaron a los tribunales europeos. La vista oral se celebró el 28-9-1999, y la sentencia se dictó el 3-10-2000. Es la conocida como “Sentencia SIMAP” de Luxemburgo. Conseguimos que se aplicara a los médicos la normativa europea de que no se podía trabajar más de 48 horas a la semana, y que las guardias contaran como horario laboral. Y también que las médica embarazadas no trabajaran más de 8 horas al día.

-Ahora que ya no ejerce pero sí es usuario de la Sanidad, ¿cómo ve el sistema?

-Creo que ahora está incluso peor que entonces. No puede ser la dificultad de contactar telefónicamente con el centro de salud. Te obligan a tener que ir a las puertas de Urgencias de los hospitales. Las citas con los especialistas son para meses, lo mismo que para el médico de cabecera. En España dedicamos 4 años a formar médicos especialistas, y luego no se convocan plazas suficientes para las especialidades. Los médicos que nosotros formamos se los rifan en Europa, y aquí no se convocan suficientes plazas.

-Echando la vista atrás, ¿se siente orgulloso de su carrera?

-Me siento satisfecho de todo lo que he hecho, y lo volvería a hacer, sin duda. Una de las cosas que más me congratulan es mi relación con los pacientes, como aprendí de mi padre. Yo atendía en valenciano a mis pacientes, y tenía cola.