Biar es uno de los municipios del interior de la Comunidad Valenciana que podemos considerar como de imprescindible visita, al menos para aquellas personas que tengan un especial interés por el patrimonio artístico y por la historia del Reino de Valencia. Además de su emblemático castillo, Biar conserva un casco antiguo realmente atractivo, y en sus alrededores, varias ermitas, montañas y otros parajes de gran valor paisajístico y medioambiental

Podemos considerar a Biar como un referente, ya que es uno de los municipios de la provincia de Alicante que mejor ha sabido conservar su rico patrimonio histórico-artístico. Además, en los alrededores de esta población hallaremos parajes naturales de gran belleza, sobre todo en la “Serra de les Fontanelles” (también conocida como “Serra de la Fontanella”), que ya estaba considerada por el botánico Cavanilles como parte de la legendaria Sierra Mariola. Además, Biar mantiene intactas tradiciones ancestrales y conserva actividades artesanales muy prestigiosas, como son la cerámica y la turronera.

Cuando te aproximas a Biar, situada a 700 metros de altitud sobre el nivel del mar y que supera ligeramente los 3.500 habitantes censados, te llama poderosamente la atención el castillo árabe que domina la población, y que fue declarado monumento nacional. Esta fortaleza desempeñó un papel fundamental durante los tiempos en que se registraron importantes enfrentamientos entre musulmanes y cristianos (especialmente en el siglo XIII). Tras  un prolongado asedio, el emblemático castillo cayó en manos del rey Jaime I, que en el año 1245 incorporó esta villa al Reino de Valencia. En las cercanías de Biar, en la vecina población de Camp de Mirra (entre Biar, Beneixama y Banyeres), se firmó el histórico Tratado de Alzira, que delimitaba las fronteras de los reinos cristianos de Valencia y Castilla.

Vale la pena visitar este icónico castillo, siguiendo el itinerario que parte de la plaza de la Constitución y continúa por una serie de callejas estrechas, retorcidas y de pronunciada pendiente, que conservan casi intacta la estructura urbana de la época árabe. El castillo mantiene su doble recinto amurallado, en cuyo centro se alza una gran torre exenta, cuadrada y con tres plantas. Se trata de la Torre del Homenaje, construida con mortero de tierra y cal durante el siglo XII. Su elemento arquitectónico más singular es la bóveda de ocho arcos cruzados, con nervios muy marcados, situada en la segunda planta de la torre. Desde la torre del homenaje se contempla una magnífica visión panorámica del casco urbano de Biar y de parte de su agreste término municipal que, hasta el siglo XVIII, comprendía también las actuales poblaciones de Beneixama, Cañada y el Camp de Mirra. Biar obtuvo a finales del siglo XIII el título de villa real con derecho a voto en las Cortes del Reino de Valencia, reconocimiento que acreditaba su indiscutible importancia.

En el casco antiguo de Biar vamos a llevarnos sorpresas muy gratas, porque podremos admirar monumentos tan hermosos como la iglesia gótica de la Virgen de la Asunción, que posee una fachada plateresca que está conceptuada como uno de los mejores ejemplos del renacimiento valenciano. La capilla de la Comunión, de estilo churrigueresco, fue construida entre 1686 y 1697 por el arquitecto Pérez Castiel, mientras que la torre campanario, de estilo barroco, data del siglo XVIII. El edificio del ayuntamiento (en la misma plaza de la Constitución a la que recae  el mencionado templo parroquial, y que fue construido en el siglo XVIII en estilo neoclásico) es otro inmueble de evidente interés arquitectónico. Hemos de pasear por las calles de Biar para admirar varias muestras de la población medieval, como los arcos de Sant Roc y de Jesús. En la Avenida de Banyeres hallaremos el acueducto de arcos ojivales y la ermita gótica “dels Sants de la Pedra” y, en sus inmediaciones, la ermita del Loreto. Otras ermitas muy estimadas por los vecinos de Biar son las de Santa Lucía y la “del Roser” o de San Ramón.

Del popular Paseo del Plátano (denominado así por la existencia de un frondoso árbol centenario) parte el camino de acceso al Santuario de Nuestra Señora de Gracia, patrona de Biar desde el año 1635, y cuya imagen se venera en el camerín. En el Museo Etnográfico Municipal, situado en la plaza de la Constitución, se pueden contemplar valiosas muestras relacionadas con la historia de los oficios, la artesanía y las costumbres de la villa de Biar, destacando la sala dedicada a la cerámica vidriada. Esta cerámica, que ya era famosa durante el siglo XV y que se caracteriza por sus colores azul y blanco, todavía se elabora en talleres artesanales (entre los que destaca Maestre). Los objetos más característicos son los jarros, lebrillos, botijos, platos, fuentes, tinajas, floreros y maceteros. También subsiste la centenaria artesanía relacionada con la elaboración de turrones y otros dulces y pastas.

Biar cuenta actualmente con una interesante oferta de alojamientos, con un amplio número de hoteles y casas rurales, albergues y zonas de acampada, desde donde se pueden realizar excursiones por los alrededores, con un amplio abanico de propuestas entre las que destacan las que tienen como destino las cumbres del Reconco (1.206 metros), el “Cabeç Gros” (1.061 metros) o “el Frare” (1.042 metros). Además del senderismo y del cicloturismo, se pueden practicar deportes ecuestres, la escalada y el parapente. Un interesante sendero de pequeño recorrido une Biar con Banyeres y el nacimiento del río Vinalopó.

Fotografías cedidas por el Ayuntamiento de Biar.