La anestesiología es la especialidad más transversal, y eso exige más formación

La Dra. Pilar Argente Navarro es una de las figuras más destacadas en el ámbito de la anestesiología y reanimación en España. Jefa de servicio en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, también dirige el Área Clínica de Anestesia, Reanimación y Bloque Quirúrgico, coordinando a un amplio equipo de profesionales. Su labor no se limita al ámbito asistencial, sino que se extiende a la docencia como profesora asociada en la Universidad de Valencia y a la investigación en grupos de medicina perioperatoria. Su compromiso con el avance de la especialidad la ha llevado a ocupar puestos de gran responsabilidad, como la vicepresidencia primera de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación y la presidencia de su comité científico permanente. Además, recientemente ha sido nombrada presidenta nacional de la Comisión de la Especialidad en el Ministerio de Sanidad, desde donde impulsa iniciativas clave como la implantación del quinto año de formación en anestesiología, una reforma que considera fundamental para garantizar la seguridad de los pacientes y la excelencia de los futuros especialistas.

  1. ¿Qué le llevó a especializarse en anestesiología y reanimación?

Durante mis estudios, me enfoqué en la investigación, publiqué artículos y realicé una tesis doctoral. Sin embargo, ante la dificultad de vivir de la investigación, opté por el MIR y elegí anestesiología casi por descarte.

Pero con el tiempo, me enamoré de la especialidad. Descubrí que es la más transversal de todas: estamos en quirófanos, en unidades de críticos, en intervencionismo radiológico y cardiológico, en unidades de dolor agudo y crónico, y en cualquier situación donde un paciente necesite seguridad y control. Hoy, no me imagino ejerciendo otra especialidad que no sea esta.

  1. Su trayectoria abarca tanto la práctica clínica como la docencia e investigación. ¿Cómo equilibra estas facetas?

Ser jefa de Anestesiología en La Fe, gestionar el área quirúrgica y más de 1.000 profesionales, además de ser profesora e investigadora, no es fácil. Lo hago porque creo firmemente que los especialistas clínicos debemos estar en la universidad. No podemos dejar la formación de los médicos del futuro en manos exclusivas de las ciencias básicas. Es fundamental que los alumnos reciban la enseñanza desde la práctica y con una visión aplicada. Aunque compaginar todo con la vida personal es un reto, me motiva mi pasión por la asistencia, la docencia, la investigación y la gestión, clave para el desarrollo de nuestra especialidad.

  1. Ha alcanzado puestos de gran responsabilidad en el ámbito de la anestesiología. ¿Qué retos ha enfrentado como mujer en este campo?

La igualdad sigue siendo un reto en medicina, a pesar de que la profesión está cada vez más feminizada. En los puestos de alta responsabilidad seguimos siendo minoría. Desde que gané la jefatura de servicio en 2014 y me asignaron la dirección del área quirúrgica, he trabajado con muchos hombres en posiciones directivas. Nosotras, las mujeres, todavía tenemos que demostrar más, siempre estamos bajo un nivel de exigencia mayor.

Creo que muchas veces no nos creemos capaces de llegar a estos puestos, y lo hacemos demasiado tarde, cuando nuestra vida personal ya está consolidada y es más difícil dar ese salto. Debemos asumir que tenemos derecho a liderar y hacerlo con seguridad, con argumentos sólidos y con la capacidad que ya hemos demostrado tener.

  1. ¿Qué cualidades cree que debe tener un buen anestesista hoy en día?

Para ser un buen anestesista hay que tener ilusión y pasión por la especialidad. Si eliges algo que realmente te gusta, nunca sentirás que estás trabajando. Es fundamental estar en un proceso de mejora continua, querer aprender cada día para ofrecer la mejor atención a los pacientes.

Además, la empatía es clave. Nosotros vemos a los pacientes en su estado más vulnerable, cuando están a punto de ser intervenidos. Hay que saber acompañarlos, darles seguridad, cogerles la mano si es necesario. El calor humano en nuestra especialidad es tan importante como la técnica.

  1. La crisis del sistema sanitario y la sobrecarga en los hospitales son temas recurrentes. Desde su experiencia en La Fe, ¿cuáles son las principales necesidades del sistema actualmente?

Una de las prioridades es la reestructuración del capital humano. No se trata de crear plazas por crearlas, sino de analizar las necesidades reales de la población. No faltan anestesistas en general, faltan anestesistas en ciertos hospitales donde no se han generado incentivos para atraer profesionales.

También es urgente la creación del quinto año de formación en anestesiología y reanimación. Nuestro programa formativo es de 1996, ha quedado totalmente desfasado. En estos casi 30 años, la especialidad ha evolucionado enormemente, sobre todo con la incorporación de tecnología avanzada e inteligencia artificial.

Los anestesistas manejamos equipos de electroencefalografía, monitorización avanzada y dispositivos de alta complejidad. No se puede aprender todo esto en solo cuatro años. Necesitamos ese quinto año no para una superespecialización, sino para garantizar que los médicos que terminan su formación están realmente preparados para ofrecer la mejor seguridad y calidad a los pacientes.

  1. ¿Cómo le gustaría que fuera recordada su contribución a la anestesiología y la medicina en general?

No me preocupa ser recordada personalmente. Lo que sí quiero es que el trabajo que hemos hecho tenga continuidad, que quede un equipo sólido, bien formado y con el orgullo de ser anestesistas.

Cuando llegué a la jefatura en 2014, el servicio de Anestesiología de La Fe no estaba en el mapa. Ahora, es un referente a nivel nacional. Hemos pasado de ser una especialidad elegida por descarte a una especialidad elegida por vocación. Ese es el legado que quiero dejar: un equipo que siga luchando por la especialidad, que apueste por la docencia, la investigación y la asistencia de calidad.

El objetivo es que la anestesiología deje de ser una especialidad desconocida y que la sociedad entienda nuestra labor. Somos los garantes de la seguridad del paciente en quirófanos, en unidades de críticos y en muchos otros ámbitos. Queremos seguir avanzando, pero para eso necesitamos el quinto año de formación y el reconocimiento de nuestra labor en todos los niveles.